cultura/subcultura/ contracultura



La representación es el más significativo parámetro desde el que definir la (contra-) producción cultural.

Ya que no se trata de producir señas de identidad homogéneas, de lo que se trata es de “re-presentar” -PERFORM- un posicionamiento.

La cultura es heterosexual porque representa/reproduce la heterosexualidad en performances universalizadoras que efectúan una exclusión a priori de la homosexualidad. Pero a su vez la performance de la heterosexualidad es lo único que la reinstituye: son las tecnologías de representación específicas las que reinscriben en los cuerpos el sistema de los géneros. La heterosexualidad es algo que no existe más allá de su propia reinscripción performativa… la parodia sin original, la verdad sin esencia, la gran mentira…

El desarrollo de formas de representación gays, lesbianas y trans es complejo ya que la problemática de la representación va más allá de las categorías sexuales y de género y entra de lleno en cuestiones de raza y clase. Así, modelos que se pretenden transversales asumen de nuevo una postura universalista, afirmando el discurso hegemónico de los hombres (gays) blancos de clase media.

Representar el gay, representar la lesbiana, es un acto performativo: nuestros actos de autorepresentación serán también la performance de nuestro posicionamiento.

¿Qué acciones, qué representaciónes/performances pueden ser más perturbadoras para los discursos hegemónicos de la heterosexualidad?

Todo es PERFORMANCE


La industria de la naturaleza, la ontología destinada a la naturalización de ciertas categorías es la TECNOLOGÍA de reproducción de la “verdad” heterosexual. El régimen heterosexual es una gran performance de los géneros, un teatro que por la repetición se ha hecho “natural”. Como la drag queen se prepara para el espectáculo con el maquillaje y la peluca, el hombre heterosexual se disfraza con chaqueta y corbata para desempeñar su papel al servicio de la industria de los géneros.

La performance es la verdad de la naturaleza

La industria de los cuerpos heterosexuales tiene sus fabricas secretamente instaladas en todos los ámbitos de la sociedad y la cultura, sus naves son la arquitectura heterosexual, el espacio privado/público de la heterosexualidad. El espacio está construido de acuerdo con la industria de los géneros. Las metrópolis son el lugar conflictivo de la deconstrucción del espacio heterosexual. El espacio académico está destinado a la reinscripción de la industria de los cuerpos en la transmisión/producción del saber normativo, la producción de la historia y del conocimiento.

El reverso de la cultura es un fenómeno que se desarrolla en la oscuridad subterránea: sus salidas furtivas a la luz del día tendrán el efecto de contaminar los espacios. Las subculturas, los espacios que se crean fuera de la red de disciplinas del sistema, son el lugar potencial desde el que desarrollar una contracultura.

En el Body Art, la performance se ha desarrollado como acto de representación del cuerpo posmoderno, del sujeto descentralizado. La performance es el máximo acto de hibridación de espacios de la representación. Desde el reverso se producen múltiples formas de relaciones y límites y organizaciones entre los cuerpos/sujetos parlantes. En el reverso habita la contra-industria. REVERSO es la acción productora de discursos de resistencia a la censura implícita que reproduce una categoría “natural” que excluye a priori otras categorías, las marcadas. Reverso, como la contra-sexualidad, se hace hereditario de los saberes prácticos de las comunidades SM, lugar de resistencia a la industria de los cuerpos en la cultura normativa.

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En este número se plantean algunos trazos del entramado en el que se producen los discursos culturales y la representación del género y la sexualidad.

Ángel Sahuquillo, con el nuevo capítulo de su célebre tesis sobre Lorca y la cultura de la homosexualidad masculina, hace un repaso de lo ocurrido desde la primera publicación del libro.

Gert Hekma reflexiona sobre los mecanismos de la producción de cuerpos en la cultura desde la experiencia holandesa.

El artículo de Richard Cleminson plantea una importante cuestión relacionada con la transversalidad: cómo los discursos sobre la sexualidad están en relación con los de la raza en la construcción de la nación, desde el caso particular de España en los años 20, en una encrucijada en la que se producía un feedback entre los discursos científicos (Marañón, entre otros) y los eugenistas.

Pablo Fuentes traza los orígenes de la construcción de un espacio privado para la sexualidad en el monacato.

Fefa Vila introduce la representación lesbiana en el arte español actual tal como se ha planteado en el proyecto del LSD en la Universidad Internacional de las Mujeres en Hannover.

Beatriz Preciado, autora del Manifiesto Contra-sexual (ver Reverso nº2) nos ofrece una lectura contra-sexual sobre el concepto de “homosexualidad molecular” en Deleuze.

También hemos querido abordar dos temas de actualidad en España: Juan Antonio Herrero Brasas escribe el primer estudio largo publicado en español sobre gays en las fuerzas armadas, con un extenso informe de los abundantes estudios sobre el tema en EEUU y una detallada referencia a la situación española.


La producción de la familia y las estrategias del poder heterosexual (o los excesos de la tolerancia cínica)


La producción/representación de la familia heterosexual es un elemento clave de la cultura y la sociedad heterosexuales.

Entre las motivaciones para la publicación del informe sobre familias gays y lesbianas que presentamos en este número de Reverso, se encuentra el de responder a la manipulación de la información que políticos y otras voces ampliamente representadas en los medios de comunicación están llevando a cabo en aras del régimen heterosexual. Se ha dicho que no hay estudios sobre le tema, que los niños saldrían perjudicados de su desarrollo en el seno de una pareja de gays o de lesbianas, incluso se ha llegado a negar que existen (o deban existir [sic]) familias gays y lesbianas. Todo esto puede asombrar por lo descabellado pero más grave es la manipulación de la opinión pública que se lleva acabo, reproduciendo activamente (industrialmente) los prejuicios, la homofobia, la exclusión implícita (y explícita) y la heterosexualidad obligatoria, todo convenientemente bañado en una supuesta tolerancia… Es por ello que en un informe como el que se presenta, en respuesta a tales voces, parece que nos vemos obligados a convertirnos en animales de derecho (hay que estar listo para todo tipo de performance?...) que tienen que certificar con estudios científicos (que son muy abundantes) su capacidad para educar, o su mera existencia…

Un ejemplo de las contradicciones en las que incurre el discurso heterosexista: se ha afirmado en más de una ocasión que los niños viviendo en el seno de parejas homosexuales sufrirían discriminación, alegando esta como justificante para no legalizar la adopción por parte de parejas de gays y lesbianas. Así pues por un lado se reconoce la discriminación de que son objeto gays y lesbianas pero resulta que es el supuesto e invocado efecto de esa discriminación, o sea la que se supone que sufriría el hijo, la que sirve para justificar no ponerle ninguna solución a la discriminación misma, y de esta forma se perpetúa esa discriminación, la exclusión implícita y la homofobia. El discurso contradictorio de la tolerancia cínica, sostenido por una vasta red de manipulación mediática, es el instrumento clave, en las sociedades liberales, para la producción del silencio y la homofobia, el mecanismo por excelencia de la censura implícita. La tolerancia cínica oculta los mecanismos del poder implícito que hacen posible la perpetuación del régimen heterosexual.

Cuidado con la tolerancia cínica….

Jaime del Val

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